Patrimonio histórico y espíritu contemporáneo
Situada en el centro del pueblo, la Maison du Chevalier des Huttes es uno de los patrimonios históricos emblemàticos de Vic sur Cère.
Parecido a un pequeño castillo, la casa existe desde el siglo XVI (1598) y era la vivienda urbana de la familia Pagès des Huttes, notables locales.
En 1768, François Pagès des Huttes es consejero y procurador del rey al alguacilazgo de Vic sur Cère. Uno de sus hijos, Jean-François (llamado "le Chevalier des Huttes"), es guardaespaldas al castillo de Versailles y cumple su turno durante la noche del 5 al 6 de octubre 1789. Con un compañero salta la alarma favorecendo la huida de la reina a costa de su vida ya que los revolucionarios lo matarán y lo decapitarán poco más tarde.
La casa es registrada en el Inventario Adicional de Monumentos Históricos francés (ISMH).
La Maison ha sido restaurada respetando su estilo anacrónico y mezclando con harmonia los elementos antiguos y modernos que han parecido a lo largo de los siglos, con el mobiliario decididamente contemporáneo de varias inspiraciones.
Recibimos a los huéspedes en dos ambientes principales : la cocina y el salón, bajando las escaleras de forma espiral de la torre hexagonal que corta la casa en dos planos arquitecturales distintos. Por las escaleras se sube a tres pisos y se alcanza los cuartos extensos.
La fabricación del libro de visitas de la Maison du Chevalier des Huttes: https://www.youtube.com/watch?v=0J1fpw_2rGc
Un jardín atípico
Delante de la casa, la caladeza de guijarros grises separa el edificio de los caminos del parque de 1000m2 cuya terraza domina la calle principal del pueblo.
El jardín es atípico, sus diferentes partes cambiando según la temporada del año; es tanto un huerto ornamental (un jardìn que se come) como un parque ajardinado donde es agradable vivir.
Con la primavera numerosas plantas se despiertan, el verano sublima la huerta y los arboles fruteros, al llegar el otono la naturaleza se calma y se disfruta antes de curar los dolores del invierno gracias a las preciosas plantas medicinales.
En temporada buena, es agradable tomar el te bajo los ojaranzos, jugar a la petanca bajo las ramas del tilo, leer sentado en el banco de hierro, escribir cerca de la huerta o conversar en la terraza cubierta. Y intercambiar, durante todo el año, las astucias y trucos de hortelano o de cocinero ...
Agradecimiento
No hubiera podido realizar la restauraciòn de la Maison y este proyecto de casa y mesa de huéspedes sin el amor de Angelo, el sosten de nuestra familia, de nuestros amigos, ex-colegas, vecinos, sin los conocimientos, la paciencia y la experiencia de nuestros architectos y artesanos, sin la acogida de nuestros comerciantes, autoridades y socios locales, sin la colaboraciòn de profesionales experimentados (como disenadores graficos, profesionales de la cocina y de la decoracion de interiores, contables, periodistas, …), y de todos los cercanos, ...
Muchas gracias, entonces, a todos los que, durante este recorrido y tambien ahora, nos han recibido, sostenido, ayudado, echado una mano, animado, aguantado, criticado, envidiado, impedido, alimentado y hospedido (durante las obras), divertido, sacado de apuro, mudado, y a los que nos han sonreido ...
Y muchas gracias a nuestros huéspedes, pasados y futuros, por su confianza, su entusiasmo, su apetito culinario, sus recuerdos escritos en el libro de visitas, que nos motivan cada día para daros la bienvenida con el calor humano y la calidad de servicio que hacen ahora la identidad de la Maison.